
Revivo
en la asimetría de tu sexo.
Soy la más desnuda del bosque,
la incógnita en tu pecho,
la nota memorable que resuena.
Alcanzo el eco en el aire,
el color del ocaso
que transforma al vacío en silencio.
Retorno vertiginosa
como la sed
que me devuelve en espiral
hacia la fuente,
porque las mariposas
no saben de la muerte.