No basta imaginar la luz
para extasiarse
sino habitarla.
sino habitarla.
No basta pretender el tiempo,
para invocar al olvido.
Ser la melodía que no tiene letra,
el café con leche por la mañana,
los vidrios empañados por la lluvia,
el fuego desanudando el espacio.
Convocar a puertas abiertas,
el despido de los mapas gastados.