domingo, 16 de mayo de 2010

Erógena



Y el amor,

es la muerte del péndulo,

el renacer del fruto,

la fragancia de mi órbita

emanando desde mis pechos.


Impregnada de sonido,

tiño mis pies con el mar.


Y en mi cuello húmedo,

se abre el recuerdo

de tu resonancia.

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