
Deshabitada,
soy el espacio
que fecunda nuestras auras,
el seno de la dualidad
desvistiendo sus vórtices de paisajes blancos.
Absorta en las palabras,
la noche ya no es ausencia,
sino lejos de tus manos.
Y tu voz es el tacto insospechado,
la señal invertida,
la luz que desata mi reflejo
en el dibujo del destino.