miércoles, 30 de junio de 2010

Reverberación




Entre mis yoes

se hila el infinito

en bosques de tiempo.


Incesante soy

la que responde al dolor del espejo,

la unión fractal que recupera

la suave geometría del atardecer.


Y me consumo en el aliento de la Tierra

y el desgarro de este cuerpo.

2 comentarios:

  1. infinitos espejos reflejan otros tantos infinitos yoes...

    bello poema*

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  2. El árbol es aquí y ahora, voz-que habita la multitud de bosques que le cobijan. Páginas de un espejo que agrupan al verbo en tubérculos y al verso en su clorofila. Desde donde el hoy se perfíla.

    Besos fotosintéticos.

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