miércoles, 22 de diciembre de 2010

Akasha





Reverbero la lumbre

que nos conjuga

en este vergel de símbolos.


Empíreo es el designio,

el latido sideral que,

como presagio de sol

o refugio de la aurora,

me descubre rendida al viento.


Ignoro el rostro de un destino

que suspenda lo fluctuante de este río.


Soy la alegoría de mi cuerpo

abriéndose a la plenitud del vacío.

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