Convergen lo sublime y tu mirada,
enredados en tu lengua,
con el afán de habitar
la muerte de la espera.
envuelta en la fuente,
donde el verbo
no concibe el tiempo.
Y, etérico, el recuerdo
se enmudece
ante aquella suave voz de verano
resurgiendo en tus entrañas.
pulsiones
ResponderEliminardel
solsticio
besos*
y parece que por aquí también las cosas se renuevan... es que nosotros los seres humanos, va a veces no se si soy ser humano, pero en fin, nos estamos renovando constantemente, quieras o no...
ResponderEliminarbesos ana!
gracias por pasar a saludar, nos vemos por ahiiiii.
Y el espíritu hizo sombra, concibiendo del instinto, luz sin forma, vertical latido,
ResponderEliminarque escala nuestra tiniebla.
Besos Anita.