Se inclina el alba
sobre sus hombros
ardiendo en la herida clave.
Sin agujas,
el amor se escabulle
en el bosque de los sin nombre,
como un laberinto sin memoria.
Árboles circulares
ronronean en mis células
reviviendo la sintaxis de carne y viento.
Que lindo tu blog :0 me quedo a seguirte.
ResponderEliminarSaludos
laberintos y círculos...habrá que llegar al centro del viento
ResponderEliminarbesos*