Sometida a la relatividad,
se mece tu agua,
la piedra lunar
que se dibuja en tu tronco.
Y mis pies, ya no respiran
levitan sobre el vaso vacío,
ánfora deshabitada.
Mi olfato te descubre
entre las exequias de las flores,
y la primavera pudorosa
que no se atreve a deshojar el árbol
sin antes bañarnos de poesía.
otoño!
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